El fantasma del Gran Premio de Bélgica se cierne sobre la carrera de este fin de semana en Rusia. A menos de 48 horas para que echen a andar los primeros libres en Sochi, el paddock ruso se encuentra completamente inundado.

El parte meteorológico para lo que resta de semana da lluvia y, dadas las particularidades del circuito semi-urbano (el sistemas de drenaje dista mucho del de Spa-Francorchamps), se prevé una cita sobre mojado y pasada por agua.

Mientras muchos aficionados esperan una carrera más competida y con sorpresas, otros no pueden olvidar lo ocurrido en Spa hace tan solo unas semanas, cuando se completaron apenas dos vueltas tras el safety car y se repartieron puntos a mitad.

De hecho, hace unos días, Jean Todt, presidente de la FIA, se mostró inflexible en torno al resultado de la carrera belga: "Hubo muchos que criticaron lo que se decidió en Spa, pero ¿qué habría pasado si, después de la salida, hubiéramos tenido un accidente con diez coches que resultara en pilotos heridos o algo peor?".

"Habríamos sido masacrados. E incluso si nadie se hubiera lesionado habríamos sido criticados", añadió Todt.

Por ello, el presidente de la FIA ya vislumbra cambios en los monoplazas de cara a 2025 para poder solventar estas situaciones: "Para el reglamento de 2025, debemos pensar en tener coches que puedan conducirse incluso en condiciones de lluvia".

Por el momento, se confía en que, a pesar de la lluvia, el fin de semana en Sochi pueda transcurrir con cierta normalidad, aunque el fantasma de Spa invita a pensar que se pueda reeditar otra 'carrera' como la de Bélgica. Todo dependerá de las condiciones de visibilidad.