A pesar de ser la primera carrera del calendario más extenso de la historia de Fórmula 1 (hay 23 fechas), el Gran Premio de Bahrein sirvió como termómetro para analizar los cambios en la parrilla y cómo han llegado los equipos con la nueva normativa tras la pretemporada en Montmeló y Sakhir.
Una de las escuderías que más sorprendió sobre el asfalto fue Haas. La escudería estadounidense, farolillo rojo en la pasada temporada con Nikita Mazepin y Mick Schumacher al frente, terminó en los puntos con Kevin Magnussen (5º), mientras que el hijo del Káiser pasó por línea de meta en undécimo lugar.
El VF22 va muy, muy bien, y algunos equipos ya tienen la mosca detrás de la oreja por su estrecha relación con Ferrari. Es el caso de Alpine y McLaren, que se han manifestado en contra de los denominados equipos B de Fórmula 1.
Andreas Seidl, jefe de los de Woking, a pesar de contar con motor Mercedes, ha mostrado su "preocupación" por el trasvase de información en declaraciones a 'Motorsport.com'.
"En primer lugar, todo el mundo en el equipo está muy ocupado con nuestro propio coche esta semana, así que no puedo hablar específicamente de Haas y Ferrari. Pero no es ningún secreto que, en general, estas relaciones que existen dentro de la normativa, tal y como están establecidas, nos preocupan", ha explicado el dirigente.
"Nuestro punto de vista es que en el futuro tenemos que asegurarnos de que la Fórmula 1 sea un campeonato entre 10, 11 o 12 fabricantes reales. Desde nuestro punto de vista, la F1 debería ser un campeonato con tantos equipos en el que lo único que se permita compartir sea la unidad de potencia y la caja de cambios. El resto lo tienes que hacer tú", ha señalado.
"Sabemos que en el momento en que se va más allá, se produce claramente un cambio o una transferencia de propiedad intelectual, que modifica directamente las prestaciones del coche. Y eso no es lo que debería ser la F1", ha añadido.
"Por eso planteamos continuamente este tema con otros equipos que tienen los mismos temores. Por eso estamos dialogando con la FIA y espero que en algún momento demos un paso adelante. Porque entender que vigilar, o más bien establecer un límite, es también una tarea complicada. Por eso la forma más fácil y eficaz de avanzar es tener un límite claro de lo que se puede compartir", ha zanjado.
Paralelamente, su homólogo en Alpine, Otmar Szafnauer, también se ha pronunciado al respecto en 'F1 TV': "La preocupación es que los que comparten túneles de viento puedan tomar un café juntos".
"Y sobre todo si son compañeros y dicen tomando un café: '¿Cómo te fue con el último piso que probaste?' 'No vayas en esa dirección, no es muy buena'", ha explicado.
Cabe recordar que Aston Martin, su exequipo, compartía el mismo túnel de viento que Mercedes, aunque Otmar se ha querido desmarcar al respecto.
"Desde luego, no ocurrió en Aston/Mercedes porque teníamos procesos sólidos. Y no hubo café entre nuestros respectivos aerodinamistas. Pero eso podría ocurrir si los aerodinamistas viven en el mismo lugar, utilizan el mismo túnel, la misma cantina. Como estábamos a pocos kilómetros de distancia en la carretera, no ocurrió. Tuvimos la suerte de utilizar un túnel de viento los fines de semana, y Mercedes lo hacía durante la semana. Los aerodinamistas no podían ni verse", ha señalado.