Qué importantes son las paradas en esta Fórmula 1. En una Fórmula 1 tan igualada como esta. En una en la que, salvo Red Bull, todo está en un pañuelo. En la que cada uno cuenta con sus armas. Que si aerodinámica. Que si velocidad punta. Que si curva rápida. Que si curva lenta. Y sí, ante eso, no hacer un mal cambio de gomas es vital. Menos que que Fernando Alonso pudo arreglar el desastre que se montó en su visita al pit lane en Países Bajos...
Era su tercer paso por la línea de boxes. El primero, para poner intermedios, bien resuelto. El segundo, para volver a secos, lo mismo. Pero el de después... no. Porque el de después, cuando se estaba jugando la posición conCarlos Sainz, con Yuki Tsunoda y con Pierre Gasly fue de todo menos brillante.
Porque la rueda delantera izquierda no salía. Porque cuando más prisa había que tener, ante la presión que ejercían Carlos Sainz y Pierre Gasly en gran parte. En ese momento, nada. No había manera de que ese neumático dejara de estar en el AMR23.
Al final, todo llegó a buen puerto. Llegó, eso sí, tras 8,3 segundos... que es mucho. Es muchísimo. Es, o mejor dicho, fue tanto que al volver a pista Alonso estaba tras Carlos Sainz y también detrás de Tsunoda. No perdió posición con Gasly por la penalización de cinco segundos.
Aston Martin ha vuelto
A Yuki tardó poco en quitársele de encima. Llevaba gomas viejas. Muy viejas. Y a Carlos Sainz casi lo mismo. El ritmo del AMR23 era escandaloso, y la juventud de las gomas hizo el resto. Le llegaba a meter hasta medio segundo por vuelta.
Ante eso poco pudo hacer Sainz. En la curva 1 adelantó al madrileño, con un gran movimiento que cogió por sorpresa al de Ferrari.
Ya estaba de nuevo en el podio, y en poco ya tenía a Sainz fuera de DRS. Tremendo lo de Alonso. Tremendo lo de Fernando. Tremendo lo de un piloto que, con él, se demuestra que sí, que Aston Martin ha vuelto.