Fernando Alonso ha dado un giro de 180 grados en su discurso en México. El asturiano, que no ha estado entre los mejores durante todo el fin de semana, se quedó fuera en Q2 tras una clasificación en la que provocó incluso una bandera amarilla tras hacer un trompo con el Aston Martin. Tras de nuevo pelearse con un coche que se mostró más que nervioso sobre la pista.
Uno que, durante los tres Libres, ya le dio algún que otro susto. Porque ni una vuelta limpia con gomas blandas tuvo Fernando. En la primera sesión de ensayos, salida de pista cuando se disponía a marcar su mejor registro. En los segundos, trompo. En la última hora de entrenamientos, de nuevo por fuera en el sector 3.
Y eso ha hecho cambiar las palabras de Alonso. De un Fernando que, a pesar de los cronos del viernes tras los dos primeros Libres, era ciertamente optimista en sus sensaciones sobre el AMR23.
"Buenas sensaciones", dijo Alonso el viernes
"El coche se sentía ben. Hemos entendido más sobre el paquete. Buenas sensaciones", dijo.
Porque era positivo: "No buscamos tiempos. Tandas largas, con mucha gasolina. En esos nos centramos".
Ahora, "al filo de la navaja"
Sin embargo, tras la clasificación todo cambió. Porque Alonso, que tras los primeros Libres sentía bien el AMR23, empezó a tener otra perspectiva.
"El coche está siempre al filo de la navaja de perderlo. Tenemos bastantes complicaciones", dijo.
Y añadió: "Vamos al límite de agarre. Perdemos una o dos décimas por curva, y hay que encontrar más prestaciones".
¿Repetirá lo de Austin?
Veremos si al final se marca Fernando un Austin y a pesar de los flojos viernes y sábado puede estar en zona de puntos, y con un gran ritmo, en la prueba del domingo en el Hermanos Rodríguez.