Carlos Sainz está en una nube de emociones. El piloto madrileño ya sabe lo que es pilotar un Ferarri de Fórmula 1, ya que este jueves completó sus últimas vueltas en los test privados de Fiorano, circuito de Maranello.
Sainz Jr. es consciente de que con su llegada a la escudería más laureada de la historia tendrá la máxima presión y exigencia carrera tras carrera.
Después de la primera toma de contacto el monoplaza rojo, el SF71-H de 2018, el español ha asegurado que se dejará el alma para llevar a Ferrari de nuevo a lo más alto tras los últimos fiascos de temporadas anteriores.
El equipo italiano lleva sin ganar un Mundial desde 2007, año en que Kimi Räikkönen logró el último título de Ferrari en el 'Gran Circo'.
"La ambición es ayudar a crear un equipo ganador, hacer que la Scuderia vuelva a la cima a la que pertenece y ganar el Campeonato del Mundo, no hay mejor lugar que Ferrari para lograrlo", dijo en unas declaraciones al propio equipo.
El '55' es conocedor de la gran responsabilidad que tendrá a los mandos del 'Cavallino Rampante', y ha reconocido que su grandeza es reconocida hasta para los que no son amantes del deporte.
"Para mí unirme a Ferrari es un sueño de infancia hecho realidad, aunque en el fondo es más que un sueño, es un gran honor y una gran responsabilidad que realmente espero experimentar y abrazar porque Ferrari es tan grande que la reconocen hasta quienes no les gusta el motor", aseguró el ex de McLaren.
El piloto madrileño ha comentado que a pesar de que el equipo dirigido por Mattia Binotto ha llevado a cabo un proyecto con pilotos jóvenes como él y Leclerc, ha reconocido que la exigencia es máxima.
"Si hay un equipo en la parrilla que puede luchar hasta la cima, ese es Ferrari. A pesar de ser la pareja de pilotos más joven de la Scuderia en muchos años, ya no somos novatos y entendemos la importancia y responsabilidad de conducir Ferrari", afirmó Carlos.
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