Todo piloto que llega a la Fórmula 1 lo hace con un claro objetivo: ser campeón del mundo. Es por ello por lo que todos ellos buscan dar el máximo en cada carrera, sea por luchar por la victoria o por la penúltima plaza.

Y es que los pilotos tienen un instinto especial y único que, unido a la ambición desmedida característica de todos, hacen de ellos auténticos animales competitivos. Al menos así lo ha reconocido Carlos Sainz en una entrevista concedida al podcast 'P1'.

Un Carlos Sainz que, precisamente, no viene de una familia cualquiera. Su padre, ya desde bien pequeño, le inculcó la mentalidad de un verdadero campeón y le hizo ver que, en el mundo del automovilismo, o muerdes o te muerdes.

"Creo que todos somos animales dentro del coche y no nos importa adelantar al de delante... incluso si es para quedar duodécimo. Los pilotos que dicen que no les importa pasar del decimotercero al duodécimo no están vivos, porque de esa manera estás más cerca de un punto para el Mundial y cada punto cuenta", asegura el español.

Precisamente el piloto de Ferrari es ya uno de los más veteranos de la parrilla y, por eso, sus capacidades, su experiencia y su madurez son mayores que la de las nuevas generaciones. Algo que se puede apreciar dentro de la pista, tal y como sucedió en el último GP de Italia.