El trabajo en equipo puede ser la clave para este Mundial de Fórmula 1. Trabajo en equipo como el que han demostrado tener, tras alguna que otra semana de rumor de que podría ser justo lo contrario, en Ferrari. Porque la 'Scuderia' ha dado una lección de buen rollo en la Q3 del GP de Francia entre Charles Leclerc y Carlos Sainz, con una pole del monegasco que es, prácticamente, del español.
Porque el madrileño, ganador en Silverstone, lo dio todo para ayudar a su compañero. Hizo unos kilómetros que no necesitaba dar, sabiendo que tenía una penalización consigo por cambiar motor, y sentó cátedra sobre cómo dar un rebufo en una clasificación de Fórmula 1.
No solo lo hizo una vez. Fueron dos ocasiones en las que Sainz lo hizo perfecto. Salió con neumáticos usados en ambos giros, y en los dos hizo exactamente lo mismo.
Delante de Leclerc, dejando pasar a todos cuanto estaban tras él en la vuelta de preparación. En cuanto hubo que dar el cien por cien lo que hizo fue alejarse de Leclerc y dar el 50%. Fue así para que Charles se fuera acercando.
Fue así para que, en una de las rectas, aprovechase al máximo el rebufo para inmediatamente echarse a la derecha y dejar pasar a su compañero. El resultado, Verstappen salió derrotado.
En el primer intento cayó por 8 milésimas. Ocho que fueron, sin duda, por los rebufos que Sainz le dio a Leclerc. En el segundo intento pintó de amarillo dos de los tres sectores.
El viento jugaría su papel. Fundamental. Como fundamental fue la labor de Carlos Sainz para llevar a Charles Leclerc, a su compañero, a la pole de Francia.
Para que sea el monegasco el que primero vea apagarse el semáforo y tenga cierta ventaja en la carrera de Paul Ricard. Tras él, Verstappen y Pérez. La mala noticia es que el domingo no tendrá ayuda alguna de Carlos Sainz...
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