Arranca el pasado mes de agosto y mientras muchos españoles cogen el coche para emprender sus vacaciones, una noticia inunda las webs: Fernando Alonso deja Alpine y anuncia su fichaje por Aston Martin a partir de 2023.
El bicampeón del mundo de Fórmula 1 llevaba tiempo inmerso en conversaciones con el equipo francés para renovar su contrato, pero desde la cúpula de Enstone primaban más revisar su pasaporte año a año que reconocer su rendimiento.
Fue entonces cuando, tras una conversación con Lawrence Stroll, el asturiano decidió cambiar el azul por el verde en la que probablemente sea su decisión más acertada en una década.
Con Alonso fuera y Oscar Piastri rumbo a McLaren, en Alpine tenían que buscarle pareja de garaje a Esteban Ocon.
El casting fue difícil, pero dos pilotos se encontraban en la 'pole position': Pierre Gasly, que fue el que terminó saliendo elegido, y Daniel Ricciardo, viejo conocido de la marca que había perdido su asiento en Woking con la llegada de su compatriota.
Así lo ha reconocido Otmar Szafnauer, jefe de Alpine: "Llegamos a negociar con Daniel para este año y finalmente, optamos por hacernos con los servicios de Pierre cuando estaba disponible".
"Ahora, Daniel ha fichado por Red Bull como tercer piloto, pero sigue siendo un talento fantástico, todavía es joven y no me sorprendería que volviera a correr en Fórmula 1 en el futuro", explicó el fin de semana pasado en Australia.
Ricciardo cree que volverá a la parrilla en 2024y uno de los volantes que puede quedar libre es uno de los Haas. De hecho, su jefe, Guenther Steiner, así lo reconoció.
"Los servicios de Daniel interesan a toda la Fórmula 1. Es muy pronto para hablar sobre un cambio de pilotos en Haas para el año que viene, habrá que ver cómo van los nuestros", señaló.
"En algún momento, quizá hable con él, pero no puedo prometer nada. Si Nico y Kevin hacen un buen trabajo, sabemos cómo tenemos que seguir", añadió.