Lance Stroll vio en HD o en 4K la enorme clasificación de Fernando Alonso en Japón. Vio cómo su compañero, el bicampeón del mundo, ponía al AMR24 de Aston Martin en la quinta posición de salida en Suzuka. Cómo obró otro milagro. Cómo, a pesar de que pensaba que no había más, se sacó más de décima y media de a saber dónde para quedarse a 4 milésimas del Ferrari de Carlos Sainz.
Él lo vio todo por televisión. Vio eso y también la Q2, porque mientras que su compañero se lucía él no se sabe cómo fue incapaz de batir a coches a priori inferiores al Aston Martin. No pudo con un Alpine. Con un Haas. Con un Sauber. Y como no pudo con ellos, 16º con un crono de 1:30.024.
Alonso cerró la exhibición con un 1:28.686... pero es que en dicha ronda clasificatoria ya había metido a Lance casi un segundo. Así, imposible.
Mientras, él dice que lo dio todo: "Pienso que fui al límite que permitía al coche... pero no había velocidad".
Llevaba, por cierto, las mejoras. Las llevaba, además, desde los Libres 1... pero ni aún así: "Parecen funcionar esas actualizaciones en el coche de Alonso".
"Pero no tuve el ritmo, y no entendemos el motivo. Habrá que analizarlo todo para ver qué impacto puede tener en mi coche".
Por más que pase el tiempo, por más que sume experiencia Stroll, sigue estando lejos, lejísimos, de Fernando Alonso. En Aston Martin, a pesar de ser el hijo del dueño, quizá tengan que empezar a considerar la opción de tomar medidas de cara al futuro... si es que quieren, como equipo, ser algo más que quintos en el Mundial.
El año pasado prácticamente estuvo dos meses sin sumar un solo punto, y eso al final fue algo que hizo que Fernando Alonso tuviera que tirar él solo del carro. Un piloto solo tenían que sumase... y así es complicado. Así es imposible.