Paso a paso. Así ha ido yendo hacia atrás Aston Martin. Así ha pasado el equipo de ser el gran rival de Red Bull a comienzos de 2023 a estar donde están apenas un año después. Tras protagonizar el gran milagro del curso pasado, del principio al menos, el equipo de Fernando Alonso ha caminado el mismo sendero pero a la inversa para llegar a donde han llegado en Austria.

A estar detrás de los Alpine y de los Haas. Y sí, también los de RB. Porque están donde están. Por delante, tan solo, de los Williams y de los Sauber. Por ser uno de los que les han acompañado en su adiós a Q1 con Lance Stroll. Y por ver cómo Alonso, por más que hizo, no pudo plantar cara en Q2.

No pudo competir. No pudo dar batalla y tuvo que conformarse con el 15º puesto. Porque es lo que hay. Porque no hay mejoras. Porque no hay evolución.

Hay lo contrario. Y el dato que se saca al comparar al Aston Martin de 2023, el AMR23, con este AMR24 en Austria deja claro cuál es el gran problema que hay en Silverstone.

Han perdido más de siete décimas

Son, con diferencia, el equipo que más ha perdido en cuanto a tiempo en clasificación. En un solo año, lejos de ir hacia adelante o de mantenerse, han cedido 0.746 segundos.

Porque si en 2023 su registro fue de 1:04.893 en este 2024 su crono ha sido de 1:05.639. Así, complicado.

Queda la carrera, y queda también un fin de semana en Reino Unido en el que muy posiblemente nada vaya a cambiar. Porque no hay tiempo para hacer nada. Porque apenas quedan unos días para visitar la mítica pista de Silverstone.