Con la pole en su última clasificación. Así les gustaría despedirse a todos los grandes campeones. A los mejores. A esos nombres que con cada prueba y durante cada fin de semana han escrito con letras de oro su nombre en la Fórmula 1. Pero no, no fue así el adiós de Fernando Alonso a la lucha contra el crono. El asturiano se despide con un 15º puesto en el último sábado, el sábado de Abu Dabi, de la competición de la que es bicampeón.
Y es que no hubo milagro. O quizá sí, viendo el nivel que ha mostrado el McLaren durante el 80% de la temporada 2018. Muchas carreras lleva siendo el mismo este MCL33. Sin evoluciones, con las únicas incorporaciones de una marca de bebidas en su chasis y, en Yas Marina, con los colores rojo, amarillo y azul. Bastante era pasar la Q1, y gracias a Fernando Alonso así fue.
Porque si algo ha hecho el asturiano a lo largo de su carrera es llevar al máximo cada coche que ha tenido. Es llevar a los límites todo monoplaza que ha caído en sus manos. En su última clasificación, lo hizo de nuevo. De los primeros en salir en Q1, con muchas ganas y con un público con él. Y sufriendo hast el último momento. Uno en el que subió a la 14ª plaza para superar una ronda en la que cayó Vandoorne.
Que superó Fernando, poniendo al McLaren unos dos pasos por encima del lugar en el que realmente está. En Q2 eso sí poco pudo hacer. Estuvo cerca de superar al Force India de Sergio Pérez, lo que sin duda habría sido toda una sorpresa, pero finalmente fue el último de los 15 monoplazas en liza. Carlos Sainz fue el undécimo, y es que no fue un buen último intento el que tuvo el madrileño.
Su primer intento fue brillante, pero mientras el resto mejoró él perdió tiempo en los dos últimos sectores. Demasiado riesgo para un Renault en el que o rozas la perfección, como hizo Hulkenberg, o puedes caer ante el empuje de Charles Leclerc y de la velocidad punta de lo Force India. Sainz eso sí tiene la ventaja de la estrategia para lo que realmente importa: la carrera.
Saldrá Mercedes en primera línea. La razón, el 1:34.794 que se ha marcado Lewis Hamilton y el buen hacer de Valtteri Bottas ante la presión de los dos Ferrari. El británico, imbatible, se despide hasta 2019 a lo campeón. A lo pentacampeón. Vueltón espectacular el suyo. Sin fallos y con una trazada prácticamente perfecta para poner un nuevo récord de pista.
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Así pues, las piezas están ya en orden para cerrar la temporada 2018 de Fórmula 1. Una en la que Lewis Hamilton ha ganado su quinto Mundial, empatando con Fangio y solo por detrás de Michael Schumacher. Una en la que Ferrari ha puesto los mimbres para asaltar el trono en 2019. Una en la que dice adiós una auténtica leyenda como Fernando Alonso. Dos títulos, pocos para su nivel, pero cuántos pueden decir que han estado en F1 y han ganado dos Mundiales en la época del Kaiser.