Tras un parón de un mes en Fórmula 1, Aston Martin trajo el último gran paquete de actualizaciones del AMR24 a Austin.
En principio, estas mejoras debían ser la base del AMR25, el monoplaza del próximo año, pero la realidad es que, a pesar de solo contar con una única sesión de entrenamiento, el rendimiento fue paupérrimo.
Fernando Alonso volvió a obrar el milagro entrando a Q3 y saliendo octavo, pero la Fórmula 1 pone a cada uno en su lugar a lo largo del domingo.
"Salimos en una posición poco realista delante, en un lugar más natural se trata de una carrera solitaria. Empezamos octavos, pero no era nuestra posición, así que regresamos a la 13ª o 14ª plaza", señaló el bicampeón tras la carrera.
De hecho, fue contundente con el bajo nivel del equipo: "Ha sido un fin de semana difícil para nosotros, no es ningún secreto. Necesitamos analizarlo, es una pregunta para Mike [Krack, director] y Tom [McCullough, director de rendimiento]".
Pues bien, al segundo le trasladaron el aviso de Alonso, pero McCullough lejos de reconocer que no están en condiciones ni de liderar la zona media con este paquete, afirmó que las mejoras han surtido el efecto esperado. Y eso que Fernando quedó 14º doblado por cabeza de carrera.
"Creo que han hecho en gran medida lo que se esperaba que harían. Ya sabes, es un juego relativo. Creo que ocho equipos habían traído actualizaciones y los otros dos todavía pueden traerlas. Esto es la Fórmula 1, nadie se queda parado", explicó el director de rendimiento de los de Silverstone.
"Estamos haciendo el coche más rápido al igual que todos los demás. Así que hay que seguir tratando de desarrollarlo para ponerse al día e incluso adelantar a los equipos de delante", añadió.
El discurso conformista del director de rendimiento de Aston Martin seguro que no gustará ni a Fernando Alonso ni a Lawrence Stroll. De hecho, al dueño del equipo ya se le vio pedir explicaciones a Dan Fallows en Austin.