Fernando Alonso hizo lo que debía en la salida de la carrera al sprint de Miami. Hizo lo que debía... y por ello acabó tocando a Lance Stroll. Por ello el canadiense tocó a Lando Norris. Por ello el canadiense y el inglés terminaron abandonando. Pero hizo lo que debía, e hizo lo que debía porque Lewis Hamilton llegaba por el interior como, tal y como dijo el bicampeón, "un toro".
Y es que había que tomar una decisión. O un leve toque con pinchazo en el Aston Martin para conservar el coche de cara a la clasificación... o ver cómo Hamilton iba a embestirle y a saber qué daños habría provocado en su AMR24. Daños que quizá en el garaje pudiesen reparar, o que quizá pudiesen no hacerlo.
De ser la última opción, adiós a la clasificación. Adiós también posiblemente a puntuar en Miami. Todo por un Hamilton que fue con todo y que se llevó sanción... por ir demasiado deprisa en boxes.
Alonso, atento a todo por su retrovisor
Algo que desató la ira de Alonso en 'DAZN'. El asturiano llegó a decir que la FIA no decidiría nada con Hamilton "porque no es español" tras una maniobra que provocó dos abandonos. Fernando, tan tranquilo con lo que hizo.
Porque en la salida el asturiano miró hasta dos veces por el retrovisor derecho para ver qué pasaba tras él. Para ver a Hamilton. Para saber que Lewis no iba a frenar ante nadie. Cada vez que miraba, toque de volante hacia la izquierda hasta tocar a su compañero Stroll.
Mientras, Hamilton explicó así lo sucedido: "Yo iba por el interior, y ellos ya habían chocado".
El caso es que ni Stroll ni Norris pudieron seguir en carrera. Alonso, con el coche dañado, terminó último tras Ocon. Hamilton, 16º y 'rajando' de Kevin Magnussen.