En la Fórmula 1 no hay tranquilidad ni en una gala de premios. La Federación Internacional de Automovilismo (FIA) realizaba su gala de final de temporada y entregaba los premios a los ganadores de diferentes categorías. La noche parecía calmada hasta el enfrentamiento dialéctico entre el presidente Ben Sulayem y el jefe de equipo de Red Bull, Christian Horner.

Horner subió al escenario a recoger el título de constructores ganado por la escudería de bebidas energéticas cuando el presidente de la FIA, Ben Sulayem, decidió bromear con el límite presupuestario de la temporada pasada que sobrepasó Red Bull.

"Christian, este título no tiene nada que ver con el límite presupuestario, ¿vale? Esto es de parte de la FIA y no lo vamos a tener en cuenta en vuestro presupuesto", bromeó Sulayem.

No le hizo mucha gracia a Horner, que ya ha manifestado en varias ocasiones la persecución y ataques que han sufrido por parte de otros equipos y aficionados desde la noticia de la infracción. Por ello, replicó al presidente de la FIA con otro ataque: "Gracias, es muy generoso de tu parte. Por suerte Max pudo ganar el campeonato pronto, a pesar del lío con los puntos en Japón, y la semana siguiente pudimos ganar este trofeo (el de constructores), así que es uno muy especial".

El jefe del equipo Red Bull hace referencia a lo ocurrido con el sistema de puntos en el Gran Premio de Japón, en el que Max Verstappen se proclamó campeón del mundo sin saberlo por un anuncio de la FIA cuando nadie en el paddock afirmaba que era así.

Ben Sulayem quiso volver a hablar y se defendió: "Christian, primero de todo, vuestro título es muy merecido, igual que el de Max. Por otro lado, lo de Japón fue controvertido. Se culpó a la FIA por los puntos, pero la FIA no hizo esa norma. Fuisteis los equipos quienes la hicisteis y nosotros sólo la implementamos. Eso sí, con lo otro tienes razón, se merecen la victoria".

Esta segunda 'puya' vino a pesar de los esfuerzos de Stefano Domenicali, director ejecutivo de la Fórmula 1, por evitarlo. Pese a intentar entrometerse y parar a Ben Sulayem, no pudo, aunque finalmente todos se dieron la mano y posaron amigablemente para las fotos.