Fernando Alonso no ha podido sumar un solo punto en Imola y tampoco en Mónaco. En este doblete de carreras en el aterrizaje en Europa de la F1, y con esas esperadísimas mejoras en el Aston Martin AMR24, el coche parece haber dado uno o dos pasos hacia atrás mientras que el resto sí han avanzado.
Tanto los de delante como los de detrás, en una zona noble que se aleja y con los Alpine, los RB y los Haas cada vez más próximos. Se vio en el Emilia Romagna, y también en un GP de Mónaco en el que el bicampeón no quiere escudarse en la mala suerte.
En tener hasta a seis coches molestando en su vuelta de clasificación, que hizo que cayese en Q1. En poner duros para alargar una parada que llegó nada más empezar la prueba por esa bandera roja a causa de todos los incidentes que hubo. En que ni la estrategia sirvió para obrar el gran milagro.
Se quedó cerca, pues terminó 11º cuando tras la 'qualy' del sábado era 16º. Sin embargo, él ya sabe que las cosas han cambiado en Aston Martin.
"Mirando los resultados..."
No ya tan solo con respecto al año pasado, sino también incluso con lo que se vio al comienzo de Mundial. Porque ya admite que no están en el top-5.
"Esa es una pregunta más para Mike Krack, jefe del equipo, pero mirando los resultados ya no estamos ahí", cuenta.
Y habla del AMR24: "No había ritmo. El fin de semana fue malo y no pudimos elevar nuestro rendimiento... pero tuvimos mala suerte".
Porque lo que en 2023 bien pudo ser la victoria 33 de Alonso este año ha sido lo que ha sido. El AMR24, en Mónaco, no funcionó. En Imola, tampoco. A ver si en Canadá...