Carlos Sainz no se conforma. Logró su primer podio con Ferrari (el tercero de su carrera) en una carrera perfecta por las calles de Mónaco, pero quiere más. Su ambición es total.
De hecho, nada más bajar del podio, reconoció a varios medios españoles que estaba enfadado. "Todavía me dura el enfado", dijo, según recoge el diario 'AS'.
El enfado del madrileño venía desde el sábado. Su comentario por radio al no poder completar su vuelta lo demostró. "Esto es injusto, es injusto...", le dijo a su equipo al conocer que no terminaba su vuelta por el accidente de Charles Leclerc.
El monegasco no pudo tomar la salida, por lo que Sainz avanzaba automáticamente a la tercera posición. Su puesta en escena fue perfecta: por detrás de Valtteri Bottas hasta que éste se quedó en el box con una tuerca que no salía de su rueda.
Presionó a Max Verstappen, aunque no llegó a bajar la diferencia de dos segundos, y cruzó la línea de meta en segunda posición, enfadado. Sainz es ambicioso. Ha llegado a Ferrari para ser campeón del mundo y por eso no se conforma con ser segundo.
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Ferrari fue magnífico en Mónaco, aunque la realidad del Mundial es otra. Mercedes y Red Bull siguen siendo inalcanzables. Pero eso podría cambiar en 2022. Y ahí Ferrari ya sabe que cuenta con un piloto que no se conforma con una segunda plaza.