Fernando Alonso compitió en las 500 Millas de Indianápolis en el año 2017 por primera vez con el equipo Andretti. Allí compartió equipo con Alexander Rossi, que se mostró muy sorprendido por la adaptación que tuvo el asturiano a esa nueva disciplina en apenas unas horas.
En el podcast oficial de la F1 ha hablado de aquella experiencia: "En 2017 trabajé con Fernando, él contó con un coche extra de Andretti y fuimos compañeros de equipo en Indianápolis. Hizo un gran trabajo y Honda tenía de lejos el mejor paquete para los óvalos".
"Lo que más me sorprendió de Fernando fue lo abierto que fue, su adaptación al mundo de las carreras en Estados Unidos y también a la cultura de los aficionados estadounidenses. Sabemos cómo es la Fórmula 1, un entorno muy restrictivo, que separa a los pilotos de los espectadores, la IndyCar es todo lo contrario", desvela.
El equipo, y él mismo, esperaban una cosa de Alonso que no se cumplió: " Todos esperábamos que se quedase sorprendido por todo ello, pero encajó al momento y disfrutó de cada segundo".
"Fernando tuvo opciones de ganar la carrera, al igual que todos nosotros y él hizo un gran trabajo al aprender algo nuevo y desarrollar nuevas habilidades tan rápidamente. Eso sí, en 2019 quedó claro que aunque seas dos veces campeón del mundo en Fórmula 1 necesitas tener un buen coche, pues no pudo clasificarse para la carrera y eso fue un punto de inflexión para él", explica Rossi.
El motor, el gran problema: "En estos años nuestros coches eran los mejores de la parrilla y yo intenté aprovechar los beneficios de eso. En el caso de Fernando había momentos en los que estaba en primera posición y tenía opciones hasta que su motor le dejó tirado".