Fernando Alonso lo ha vuelto a hacer. Ha vuelto a hacer magia. A obrar un auténtico milagro con el Aston Martin. Con un coche que es lo que es, pero que en sus manos parece algo completamente diferente. En Bakú, en una pista en la que por los pelos superó la Q1, se sacó de la manga algo que a saber si en su propio equipo entienden.

Porque lo que hizo en Q2 es surrealista. Con lo que tiene, de repente colocó al AMR24 en quinta posición para vivir de manera plácida los momentos finales de una ronda en la que su compañero cayó eliminado.

Así estaba, que ni él mismo sabía bien cómo explicar la historia: "Empiezas la vuelta y es importante hacerlo bien para entrar en trance".

"Le dije en Q2 al equipo que pensaba que nos quedábamos fuera... y de repente estábamos quintos", insiste.

Y luego, lo deja más que claro: "Ha sido una vuelta fuera de lógica, pero que va a quedar completamente desapercibida".

"De haber acabado Norris..."

La cosa pintaba más bien mal antes de la clasificación: "No hemos ido rápidos, como en las últimas carreras. Estaremos en un momento complicado hasta que lleguen las mejoras".

"De haber terminado Norris la vuelta me habría quedado fuera ya en Q1. Hemos tenido suerte, pero veremos en carrera. El plan es acabar octavo, pero no somos los octavos más rápidos. Los Williams... va a ser complicado. No tenemos los puntos garantizados", sentencia.