Poco a poco. Paso a paso. Caminando, antes de volver a correr. Es lo que está en la mente de Aston Martin. Es lo que marca la senda de Aston Martin. Es el objetivo de un equipo perdido en Barcelona y en Austria que parece haber recobrado fuerzas en Gran Bretaña. Que, tras dos fines de semana sufridos, vuelve a mirar hacia arriba en el Gran Premio de casa.
Porque apenas pudieron superar la Q1 hace una semana en Austria. Porque, en España, el ritmo brillaba por su total y absoluta ausencia. Sí, parece que ha pasado mucho desde eso, pero han sido un par de semanas en un triplete de carreras que bien podría habérsele atragantado a Aston Martin. Que bien podría haber supuesto una buena 'herida' en Lance Stroll y en Fernando Alonso.
En ellos, y en el equipo. Sobre todo en el equipo. Porque Silverstone es Silversone. Porque es uno de los grandes templos de la F1. Porque, además, es el Gran Premio en casa. Donde están los aficionados ingleses. Donde están los hinchas de Aston Martin. Donde no se puede fallar.
Sergio Pérez sigue a lo suyo
Y era fácil cometer un error. Que se lo digan, por ejemplo, a Sergio Pérez. Que se lo digan, también, a Charles Leclerc. Los dos, sin opciones de estar en Q3. El mexicano, de hecho, se fue a la grava nada más empezar la sesión en una nueva demostración de que sí, de que sin duda Red Bull pudo cometer un error a la hora de renovarle. O, al menos, de renovarle tan pronto.
Mientras, Fernando Alonso demostraba lo bien que se le dan estas condiciones cambiantes. Este no saber si usar intermedios o secos. Este llevar el coche justo por donde hay que llevarlo para pelear con los más grandes. Con los mejores. En la Q1 y en la Q2, por fin, tranquilidad.
Todo al traste en Q3
Tranquilidad y, además, mirando también hacia arriba. Mirando hacia adelante. Había opciones. Había posibilidades. Había esperanza en ver una de esas milagrosas clasificaciones de Alonso que terminan con una surrealista posición de salida en carrera. Pero...
Pero no. Pero a la hora de la verdad no salió todo como se esperaba o como podía haber salido. Su primer intento de Q3 no fue especialmente brillante, viendo sobre todo cómo se las gastaron los McLaren y los Mercedes. Y en el segundo tampoco hubo manera. Ni manera, ni tiempo.
Abortó la vuelta Alonso. No pasó ni tan siquiera por línea de meta. Fue directo al 'pit lane', después de pasar por poco antes de la bandera a cuadros y sin haber podido calentar neumáticos como hay que calentarlo en este tipo de condiciones. Porque se encontró con Sainz. Porque tuvo también delante a Piastri. Porque apenas entró con velocidad a la recta de meta de Silverstone.
Al final, décimo. Y Carlos Sainz, séptimo. Oportunidad perdida para los dos, y oportunidad aprovechada por un equipo Mercedes que tiene a Russell primero y a Hamilton segundo en la salida del Gran Premio de Gran Bretaña.