Ya han vuelto. O ya parece que han vuelto. Llevaban varias carreras que no. Que no eran capaces de cumplir con esas promesas. Que todas las palabras caían en saco roto. Porque Imola fue lo que fue. Porque Mónaco fue todavía peor. Porque las mejoras, de mejoras, tenían el nombre. Pero por fin parece que sí. Porque en Canadá, Aston Martin sí estuvo donde se presupone. Porque Fernando Alonso sí estuvo donde debe estar.
Por ambición. Por nivel. Por lo que supone tener entre manos una máquina con el nombre de Aston Martin y con motor Mercedes en su interior. Lo avisó, cuando quedó a apenas dos décimas de la pole. Y en carrera, en tanda larga, hizo lo que debía hacerse cuando debía hacerse.
Ya lo dijo. Ya dijo que acertar te daba cinco segundos y que fallar acababa con tu carrera. Que le digan esto último a Charles Leclerc, cuando por algún motivo desconocido puso neumático duro con la pista empapada para perder prácticamente 20 segundos por vuelta con los de cabeza. Al final, adiós.
Sainz, fuera y llevándose con él a Albon
Al final, los dos Ferrari fuera. Sí, esto también lo dijo Alonso. Porque parecía que iban a ganar el Mundial tras Mónaco. Porque, tras Canadá, nubes negras vuelan por Maranello tras el K.O. de Leclerc porque para qué seguir para nada y después de que Carlos Sainz trompeara, tras cargarse parte de su alerón delantero al no frenar ante Bottas, y se llevase pueso además a un Alex Albon que a saber si puede ser su compañero de equipo.
No terminaron. Y en Canadá, como dijo Fernando, lo importante era eso. Lo importante era acabar. Porque sabía que iba a haber bajas. Porque hubo bajas. Porque de los 20 que comenzaron terminaron 15. Porque uno de ellos fue un Alonso que hizo lo máximo que podía hacer.
Pérez, poca celebración
Con los Red Bull, imposible. Al menos con el de Max Verstappen, porque Sergio Pérez completó su fin de semana con un accidente. Empezó sin pasar de Q1, y lo terminó, tras renovar por dos años con los de las bebidas energéticas, con el coche rumbo al garaje. El alerón trasero, destrozado. Dio una vuelta con él así, y por el gran riesgo que supuso eso se llevó una investigación.
También tiene una Piastri. El de McLaren, otro coche inalcanzable para Alonso, lo tiene complicado. La FIA le tiene 'fichado' por estorbar a George Russell, y bien sabe Alonso cómo acaban esas cosas. El de Mercedes, por cierto, al podio. Primer cajón de los de la estrella en 2024.
Estaban en otra dimensión en Montreal. Y Alonso hizo lo que pudo. Hizo lo máximo que podía hacer. Mientras los Ferrari y Red Bull, más rápidos, no terminaban, el hizo su trabajo y lo hizo como debía hacerlo. Aguantó a Lewis Hamilton hasta la salida del primer safety car por el accidente de Logan Sargeant, y cuando en Aston Martin erraron en su parada se vio el gran milagro que había hecho.
Era lo máximo que había. Era el que debía estar tras Red Bull, tras McLaren y tras Mercedes. Eso hizo Alonso. Eso hizo Fernando. Y sí, ese es el lugar real del Aston Martin ahora. Quinto, en la zona media absoluta de la parrilla. A distancia del cuarto y sí, también del sexto. En un lugar desde el que deben trabajar.
Próxima parada: GP de España
Porque es ahí desde donde llegan a Cataluña, al hasta 2026 Gran Premio de España de Fórmula 1. En casa, esa es la siguiente parada para Fernando Alonso y para Carlos Sainz. La próxima parada de un Verstappen que, aunque ha ganado, también sabe que ha sido porque Lando Norris no entró o no pudo entrar a boxes en el primer 'SC'. Sí, hay Mundial. Sin duda hay Mundial. Red Bull ha encontrado en McLaren a un rival más digno.