Algún animal se ha visto paseando por las pistas de la Fórmula 1. Algún conejo. Alguna ardilla. Algunos mamíferos que se han jugado la vida y han estado en no pocas ocasiones cerca de ocasionar un buen problema para la seguridad de los pilotos. Sí, alguno que otro... y en Singapur se sumó ya una nueva especie que además provocó una bandera roja en Marina Bay.
Un lagarto. Uno grande. No una lagartijilla pequeñita buscando la mejor posición para que le diera el sol mientras descansaba en el asfalto. Era un reptil de unas considerables dimensiones que decidió darse un paseo por el asfalto de Marina Bay.
Se lo encontraron muchos en pista. Uno de ellos fue, mismamente, Fernando Alonso. El asturiano, que se sabe todos los trucos de Singapur, pudo esquivar al 'super lagarto' antes de que dirección de carrera se diera cuenta de que así no se podía seguir.
Porque era un riesgo grande. Bien grande. Porque en caso de que alguno no pudiera esquivar al lagarto habría habido un problema. El reptil habría acabado como habría acabado, y a saber qué habría pasado para el piloto, o los pilotos, en liza en ese momento.
Así pues, sesión en bandera roja hasta solucionar en problema y garantizar la seguridad de todos. Tanto de los pilotos como la del propio animal que vio bien cerca a los monoplazas en su velocidad máxima. Como velocidad tuvo el lagarto al tratar de escapar del comisario que iba tras él.
Al final, mejor tiempo para Lando Norris por delante de George Russell y de Oscar Piastri. Fernando Alonso, décimo... y Max Verstappen, cuarto.