Fernando Alonso lo viene avisando. El asturiano, honesto como pocos, ha reconocido abiertamente que aún le queda un poco para estar al cien por cien y para exprmir el Alpine al máximo. En Portugal, con un coche que sí ha ido bien, el bicampeón con Renault en 2005 y 2006 cayó en Q2 mientras que Esteban Ocon, su compañero, era cuarto.
Lo cierto es que las sensaciones en los Libres 3, y en los Libres 2, eran más que positivas para un Alpine que ha dado un buen paso hacia adelante en Portimao. En esta ocasión, la Q1 parecía un mero trámite con el que han cumplido tanto Alonso como Ocon sin demasiados problemas.
El francés pasó de los últimos, pero pasó sin apuros. Y Fernando abortó su última vuelta sabedor de que ninguno iba a poder mejorarle. No es fácil, y viendo lo que le pasó a Daniel Ricciardo, que se quedó fuera tras sus dos podios en 2020, el cambiar de equipo lleva su tiempo.
Y si llevas dos años sin estar en un F1, más todavía. En la Q2 ya se vio que Alonso podía tener problemas. Su primera vuelta, con el neumático blando, peor que la de Sebastian Vettel con el medio. Luego apenas mejoró.
Se la jugó todo a un intento, cuando los demás optaron por estar más en pista. En una pista en la que se mejora con cada vuelta. Fernando prefirió ir al máximo a por su tiempo, pero no fue suficiente y será 13º en la parrilla de Portugal.
Por su parte, Esteban Ocon, que sí pasó a Q3, quedó por delante del McLaren de Lando Norris y del Ferrari de Charles Leclerc, y tomará la salida sexto tras Carlos Sainz.
Aún le queda a Alonso, pero cuenta con la ventaja de que podrá elegir neumático. El medio es la mejor opción para la carrera, y al menos en Portimao parece que el ritmo no es un problema para el Alpine.
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