El Gran Premio de Bélgica, más allá de una nueva y cómoda victoria de Max Verstappen, ha dejado numerosos momentos interesantes y curiosos. Es el caso de la conversación que mantuvieron Fernando Alonso y su ingeniero cuando la lluvia llegó al trazado de Spa.
Una conversación en la que queda demostrado que Fernando está en todo y que sus resultados y su tercera posición en el Mundial de Pilotos no son fruto de la casualidad.
Cuando las gotas de agua comenzaron a caer sobre el asfalto belga y la pista se puso delicada, Fernando Alonso entabló una conversación con su ingeniero para controlar la carrera y tomar las decisiones oportunas.
"Va a empezar a chispear pero luego va a llover fuerte...", comentó su ingeniero. "Mantenme informado sobre el estado y los neumáticos de todos", contestó Fernando.
Sin embargo, el Alonso más ingeniero llegó cuando le comentó al equipo lo que debían hacer: "Poned la cámara 'onboard' de los pilotos de delante por si tienen 'momentos' (problemas)".
Todo ello para finalmente decidir no parar para poner el neumático intermedio y quedarse en pista esperando a que las pocas gotas de agua que había se secaran. Una decisión que sin duda fue la más acertada y gracias a la cual el ovetense pudo irse de Bélgica con una quinta posición bajo el brazo.