Casi 20 años desde que Fernando Alonso se subiera por primera vez a un coche de Fórmula 1. Muchas cosas han cambiado en el asturiano. Otras se mantendrán así para siempre, dejando una huella única de un piloto que levanta pasiones y ampollas.
Sabe que ya no es el mismo. Su vuelta al Gran Circo del automovilismo después de dos años de probaturas en otras categorías ha despertado críticas y comentarios por su edad, rendimiento y opciones de estar luchando por victorias en un futuro inmediato.
"Las críticas o esos comentarios… No es que me gustasen, pero los veía como una bendición", comentaba el piloto de Alpine, alegando que se valora ahora más su progresión y buenos resultados después de un inicio algo más flojo.
Para ello, ha necesitado un proceso de adaptación: "Ha habido varios factores que han ayudado. Un poco el adaptarme yo mismo a la velocidad a la que pasa todo en un fin de semana de Fórmula 1, no sólo conduciendo, sino también todo lo que hay fuera", explica, además de reconocer que ha ido haciendo cambios en el coche para adaptarlo a su estilo de pilotaje.
"Mi estilo de conducción, e históricamente siempre se ha visto en las on-board, era dar un volantazo en la entrada de la curva. A partir de ahí, yo iba sintiendo lo que hacían las ruedas delanteras. Normalmente lo siento todo con las manos y el tren delantero. Si eso te lo quitan, yo estoy muerto", aclara Fernando con respecto a los cambios en la dirección asistida.
Escogió el equipo Alpine, el antiguamente conocido como Renault y con el que consiguió sus dos títulos mundiales; y escogió también unirse este año, y no el próximo en el que se empieza con el cambio de reglamentación.
"Todas estas áreas en las que tienes que buscar la perfección, ya sea en los reglajes del coche, la comunicación con los ingenieros, las lecciones que aprendes con la gente de Pirelli en cada Gran Premio... Son cosas que vamos poniendo en la mochila y nos llevamos todo ese aprendizaje", razona 'Magic' con la vista puesta en 2022.
La tan ansiada próxima temporada ya tiene coche prototipo y reglamentación para su diseño. Alonso está ilusionado, y agradece el cambio para bien: "Ahora, cuando sales octavo y tienes siete coches delante, en las primeras vueltas el coche es prácticamente inconducible. Hasta que no pasan tres o cuatro vueltas y sólo tienes el aire sucio del quinto, el sexto y el séptimo... Imagino que, si a eso le reducimos otro 70%, ya empieza a ser interesante".
Por ahora, las diferencias entre equipos son insalvables y Fernando no está optando por esos objetivos, aunque no deja de tener esa competitividad que le caracteriza y reconoce que sigue siendo difícil para él gestionar la derrota: "Si estuviera en Mercedes o en Red Bull y ganase el otro, sería un volcán. Pero como no estás en esa posición, tienes otros retos en la cabeza".
Uno de los que sí opta por llevarse su primer título mundial es Max Verstappen, quien está moviendo a todo un país e hinchada como lo hizo el asturiano con su 'Marea Azul'. "Lo veo con admiración y disfruto del momento, de ver a toda esa gente tan ilusionada, en este caso por Verstappen, pero con la fortuna de haberlo vivido también en primera persona y sabedor también de que fuimos pocos los afortunados que tuvimos un circuito entero".
A Fernando le queda terminar este año de transición y prepararse para el siguiente. Sin embargo, parece que tendremos Alonso para rato: "En mi deporte afortunadamente el crono es el que manda. Duraré hasta que me lo pida el cuerpo y me divierta y sea competitivo".