Fernando Alonso terminó décimo en la clasificación del Gran Premio de Japón en Suzuka. Un resultado que, comparado al principio de la temporada puede ser poco, pero que visto el actual rendimiento de Aston Martin es el máximo que se podía extraer.
Tras un desastroso GP de Singapur en el que Lance Stroll ni salió y Alonso fue último, el equipo británico esperaba mucho más de Suzuka, pero de nuevo llegó otro golpe de realidad.
En territorio japonés volvieron a comprobar que estaban por detrás de Red Bull, McLaren, Ferrari y Mercedes, pero también de AlphaTauri, algo que podía dejar a Aston Martin fuera de la Q3.
Y, en principio, parecía que iba a ser así. Stroll se volvió a quedar fuera por tercera carrera consecutiva en Q1, una primera sesión donde Alonso se salvó por los pelos.
También por poco, concretamente 43 milésimas, salvó la eliminación en Q2, dejando fuera a Liam Lawson con un AlphaTauri que era mucho más competitivo en el trazado japonés de lo que está siendo Aston Martin.
Así volvió a sacar su magia Alonso para evitar una eliminación que se daba por hecha y entrar en Q3 otra vez, continuando como el único piloto que ha estado en todas esta temporada. Eso sí, ya ahí quedó décimo lejos del resto ante una nueva falta de competitividad del monoplaza británico.