Se veía venir. Se veía venir por lo que sucedió en Barcelona. Por lo que el propio Fernando Alonso tras bajarse del coche en el GP de España. Por, además, la confirmación de que Aston Martin no traía ni una sola novedad para Austria. Sí, se veía venir. Tras la clasificación para el sprint. Tras saber, además, que el AMR24 del asturiano tenía un problema en su unidad de potencia.

Se intuía que podía suceder. Que las 24 vueltas, 23 tras esa salida abortada, de la sprint en el Red Bull Ring iban a ser como fueron para el asturiano. Para un bicampeón que espera y que necesita que pongan de su parte en la fábrica. Que sigue teniendo hambre pero que ve como en ese plato prácticamente no hay comida. Que no se puede.

Que esto parece ser lo máximo. Tras la salida, una salida limpia en la que Yuki Tsunoda fue más listo, Fernando pasó de la 13ª a la 14ª plaza. Sí, una posición perdida. Luego, al DRS. Al tren de DRS en el que todos sacaban la misma ventaja que parecían perder con los de detrás. Y el AMR24 no va especialmente sobrado en... en nada.

No pudo con el coche anteriormente conocido como AlphaTauri. No pudo con el japonés. Por más DRS que había. Por más que entre ambos había siempre menos de un segundo. Por más que estuvo tras él durante toda, casi toda, la carrera. Porque Hulkenberg, con un Haas, algo que decir tenía en su batalla con Alonso.

Ni lo de Hulkenberg sirve

Y algo que decir tendrá dirección de carrera tras la maniobra del alemán. Porque, de repente, Alonso pasó de ser 14º a ser 16º. Pasó de estar tras Tsunoda a perder posición con Hulkenberg y con Ricciardo. La explicación es la que es tras ver la repetición, con un Nico que bloqueó neumáticos al frenar más que tarde y mandar al exterior de pista a Fernando.

A saber qué deciden de tal acción los comisarios, pero lo mismo da que da lo mismo ser 14º que 16º. Esto es lo que hay. Esto es lo que tiene ahora mismo Aston Martin. Tras Barcelona, sin descanso y sin mejoras, se llegó a Austria. Luego, sin descanso y a saber si también sin mejoras, Gran Bretaña.

Triplete de carreras para un equipo que ha pasado de soñar a despertarse en la realidad. A estar ahí, mano a mano con los Alpine, los RB y los Haas. A ver cómo es mejor ya ni hablar de Ferrari o de McLaren. Tampoco de Mercedes. Porque sí, son mejores. Sí, están por delante. Y sí, siguen perdiendo ante Red Bull. Pero no es lo mismo estar tras el mejor... que estar tras seis equipos.