Si en Baréin un envoltorio de sándwich dejó a Fernando Alonso fuera de la carrera, en el Gran Premio de Mónaco fue una tuerca la que le costó la carrera a Valtteri Bottas y el liderato en el Campeonato de Constructores a Mercedes.
El finlandés entró a boxes y los ingenieros no pudieron sacar la rueda delantera derecha debido a que una tuerca había quedado completamente redonda y las pistolas no lograban sacarla.
"La pistola hizo que la tuerca de la rueda se quedara completamente redonda. Nunca había visto nada parecido, no quedó nada de ella. Valtteri nos dijo que podía ver volar las virutas de metal", ha explicado Toto Wolff, jefe de la escudería, en 'Motorsport'.
Bottas abandonó... pero ahí no terminó la historia. De hecho, la rueda sigue anclada en el monoplaza a pesar de que incluso Ferrari acudiese al box del 'Cavallino' en señal de socorro.
"La rueda sigue en el coche ahora. Ferrari nos ha ayudado con equipamiento pesado, como un mazo, después de la carrera. El equipo tendrá que intentar quitar el neumático de nuevo cuando volvamos a la fábrica", ha añadido el dirigente austriaco.
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Por su parte, Lewis Hamilton terminó en 7º lugar desquiciado con su propio equipo, llegando incluso a señalar que "debían aprender" de Mónaco para las próximas carreras en las declaraciones poscarrera. Qué lejos quedó aquello de 'ganamos juntos, perdemos juntos'.