Tras lo visto en el Gran Premio de Bahrein en el que Ferrari logró un doblete de la mano de Charles Leclerc y Carlos Sainz, quedó claro que los de Maranello tienen el motor más potente de la parrilla.

Tan solo Red Bull se acerca a los registros de los de Maranello, con Mercedes a medio segundo, pero los de las bebidas energéticas carecen de la fiabilidad del 'Cavallino'; prueba de ello fueron los abandonos de Max Verstappen y 'Checo' Pérez en Sakhir.

Pues bien, tras la primera carrera del año, el monoplaza del madrileño fue revisado a fondo por parte de la FIA.

La inspección no devenía de sospechas, si no que fue aleatoria ya que el organismo rector de la competición realiza un sorteo entre los diez primeros clasificados a ver a quién le toca la revisión.

Tal y como informó el responsable de los Comisarios Técnicos, Jo Bauer, el coche de Sainz pasó la prueba sin problemas: "Las inspecciones físicas se han realizado sobre la carrocería, los cubrerruedas, las llantas y los dispositivos de fijación de las ruedas. Todos los componentes inspeccionados están en conformidad al reglamento técnico de la Fórmula 1".