Mercedes ha atravesado una profunda crisis este 2023. Tras acabar la temporada 2022 plantando cara a Red Bull y ganando una carrera, los alemanes esperaban estar en ese punto al inicio de esta campaña, pero no tardaron en estrellarse con la realidad.

En el Gran Premio de Bahrein recibieron el primer golpe. Los de Brackley contaban con que Ferrari pudiera desbancarles del segundo lugar, pero no esperaban la irrupción de Aston Martin. El hecho de verse superados por un equipo al que suministran sus motores y buena parte de los componentes electrónicos fue un auténtico trauma para Mercedes, tal y como explica su director técnico, James Allison.

"Al principio del año éramos los cuartos más rápidos, mirando a nuestros clientes que nos estaban ganando, y eso era frustrante. Ferrari también nos ganaba", ha dicho Allison en declaraciones a 'RacingNews365'.

Sin embargo, el equipo de la estrella ha logrado reconducir la situación, en buena parte, gracias al paquete aerodinámico que estrenaron en el Gran Premio de Mónaco, con el que dejaban atrás el concepto 'cero pontones' apostaban por un diseño mucho más ortodoxo.

Desde entonces, Mercedes es el segundo equipo de la parrilla de forma clara y han dejado atrás a Aston Martin y Ferrari en el campeonato de constructores, algo que, aunque no se pueda considerar un gran éxito, les permite salvar los muebles.

"Poco a poco los estamos dejando atrás. Aunque no está a la altura de nuestros objetivos iniciales, asegurar la segunda posición sin embargo es realmente importante para todos nosotros, especialmente en la segunda mitad de la temporada, cuando el tono cambiará hacia el W15 (el coche de 2024)", ha concluido Allison.