Max Verstappen afronta el Mundial de F1 de 2022 como campeón del mundo. Como número 1, uno que por otra parte lucirá en su Red Bull. El neerlandés, que pudo batir a Lewis Hamilton con un coche motorizado por Honda, tiene claro que para este año hay algo que hay que cambiar.

Y eso que hay que cambiar, o que mejorar, es su relación con el piloto inglés de Mercedes. Las fricciones entre ambos fueron constantes, tanto a nivel deportivo como personal, y las últimas carreras estuvieron marcadas por una rivalidad que por poco no terminó en un Senna - Prost.

Verstappen quiere cambiar eso: "No puedes estar año tras año bajo tanto dramatismo. No es bueno para mí. No es sano para nadie en el equipo. En ninguno de los dos equipos", afirmó.

Porque aparte de entre ellos, las disputas entre Red Bull y Mercedes, con Christian Horner y Toto Wolff siendo 'el alma de la fiesta', oscurecieron la evidente lucha en pista entre ambos corredores.

Una lucha que dejó a Verstappen como campeón del mundo: "Cuando llegó a casa prefiero hacer las cosas que hacía antes de ganar el Mundial".

"La presión de tener que ganar un título, o de intentar ganarlo, ha desaparecido. Ahora, cuando se compliquen las cosas o llegue la mala suerte lo afrontaré con más facilidad de lo normal", cuenta el neerlandés.

Eso sí, también se quita peso de encima por tener que ganar, ganar, ganar y volver a ganar: "Si no llego a tener siete u ocho Mundiales no pasa nada. Quiero disfrutarlo. Seguiré queriendo ganar, pero se necesita mucha suerte para estar en esa posición dominante durante tanto tiempo".