Ferrari puede, y debe, estar de enhorabuena tras la clasificación del GP de Francia. Puede y debe estar así no solo por la pole de Charles Leclerc, sino por cómo se produjo. Porque la forma cuenta tanto o más como el resultado final, y a buen seguro hay sonrisas al ver el entendimiento perfecto entre el monegasco y Carlos Sainz para lograr ser el más rápido en Paul Ricard.
El rebufo del madrileño, sancionado por cambiar motor, fue la clave. Fue vital. Fue lo que llevó a Leclerc a ser el mejor del sábado. Hasta en dos ocasiones lo hicieron, y en ambas fue bastante para superar a Max Verstappen en la lucha contra el crono.
Al terminar la clasificación, en Ferrari avisaron a Leclerc de que tenía la pole del GP de Francia, y él tenía claro a quien se lo debe.
"¡Grandísimo! ¡Grande Carlos!", exclamó por radio el piloto monegasco tras saberse ya con la pole en Paul Ricard.
En rueda de prensa siguió dando las gracias a Sainz: "Me ha ayudado, obviamente. Es un gran trabajo en equipo. Es bastante complicado hacerlo perfecto".
"En la primera vuelta estábamos algo cerca, y no piloté de la mejor forma posible. Lo adaptamos en la segunda, y ahí fue todo. Su ayuda ha sido increíble", sentenció Leclerc.
Desde 2018, desde que regresase esta pista al calendario del Mundial, el piloto que ha salido de la pole ha sido quien se ha hecho con la victoria en carrera.
Eso sí, para el domingo Leclerc no tendrá la ayuda de Carlos Sainz, algo que ha sido clave para que se haga con la pole en Francia.