Desde la pretemporada Aston Martin se dio cuenta que algo no iba bien. Que el coche del año pasado no había evolucionado como esperaban y no serían tan competitivos como en 2023, cuando Fernando Alonso subió hasta en ocho ocasiones al podio. Lo ha reconocido el director de ingeniería de Aston Martin, Tom McCullough.

Así ha respondido uno de los gurús del equipo a la demanda de Fernando, que pidió menos promesas y más trabajo. Lo ha hecho en 'Motorsport': "Estamos trabajando a toda máquina para traer las actualizaciones tan pronto como podamos para resolver los problemas".

"Creo que desde el principio del año, pudimos ver algunas limitaciones que nos lo están poniendo difícil. Hemos estado trabajando en ello desde entonces, llevamos piezas a casi todas las carreras, tanto mecánicas como aerodinámicas para ayudar en esos contratiempos. Las piezas que hemos utilizado en las últimas carreras han sido bastante mejores para eso, y esta es realmente una mejor prueba. En este tipo de circuito, creo que si hubiéramos tenido el coche que teníamos a principios de año, habríamos luchado por estar, creo, en la Q2, a cuatro décimas y media del mejor tiempo", explica.

Todos los equipos están trabajando para mejorar el coche, pero Aston Martin no da con la tecla: "Nadie no se está desarrollando, nadie está parado. Estamos relativamente contentos, pero es solo relativamente porque no es donde queremos estar, con los dos Alpine por delante de nosotros, por márgenes muy pequeños".

Sí, hasta Alpine les ha adelantado. Y eso que empezaron el año a final de la parrilla y con el coche más lento para Esteban Ocon y Pierre Gasly. Ambos puntuaron en Montmeló. Situación contraria a la de Fernando y Lance Stroll.

"Hay cosas que sabemos que tenemos que abordar, y lo bueno en este momento es que cuando estamos trayendo piezas a la pista se están abordando esas cuestiones, es un juego relativo. Creo que sabemos lo que estamos tratando de lograr, es bastante difícil, y eso es lo esencial, tanto mecánica como aerodinámicamente", sentencia McCullough. Austria, siguiente cita. Y los de verde volverán a sufrir.