El Gran Premio de China ha regresado después de cinco años de ausencia. Ante la expectativa de un circuito reasfaltado y en el que apenas se ha contado con una sesión de entrenamientos libres, la incertidumbre es máxima de cara al resto del fin de semana.
Sin embargo, lo cierto es que no hemos tenido que esperar demasiado para presenciar uno de los momentos más llamativos del Gran premio. Durante la primera y única sesión de entrenamientos libres, la hierba localizada en la escapatoria de la curva 7 comenzó a arder.
Este fenómeno provocó la bandera roja durante los FP1 para que los comisarios pudieran sofocar el improvisado incendio. La detención de la prueba se alargó en el tiempo hasta el punto de reducir en gran medida las posibilidades de prueba de los equipos.
A pesar de ello, lo más curioso es que durante la clasificación de la sprint se volvió a repetir la misma escena, provocando la bandera amarilla y el posterior retraso del inicio de la SQ2.
Aunque no es una situación muy habitual, la explicación es bastante sencilla. Las chispas que levantaban los monoplazas caían sobre la hierba, provocando las primeras llamaradas y su propagación.
El problema puede surgir si esto ocurre de nuevo durante alguna de las dos carreras que se celebrarán en el circuito de Shanghai, lo cual puede dar lugar a la aparición de coches de seguridad o, incluso, banderas rojas.