Red Bull se enfrenta a una pregunta que va a tardar en poder responder. Se enfrenta al a saber qué va a pasar. Al qué será lo que pueda suceder ahora que Adrian Newey se marcha. Ahora que el gran gurú de la F1, el arquitecto de muchos de los coches campeones de las últimas décadas, se marcha de la marca de las bebidas energéticas. Porque como él solo hay uno. Porque quien sea capaz de convencerle ya sabe lo que tiene en su escudería.
Ha creado monoplazas capaces de ganar en Williams y en McLaren. Y, claro está, también en Red Bull. También en esos siete Mundiales de pilotos que suman y a los seis títulos de constructores. Todos, con él. Todos, con quien ya se sabe que está libre.
Y no son pocos los que se han lanzado a por él. Los que tratan de tentarle. Con historia. Con dinero. Con nostalgia. Con lo que sea. Porque se avecinan cambios en la F1. Porque con lo que llega en 2026 hay que tener a los mejores. Y el mejor es él.
Saben en Red Bull lo que han perdido: "Fue más fácil con él que jóvenes ingenieros llegasen. Para ellos era un honor trabajar con él".
Son palabras de Helmut Marko. Del miso que hace no demasiado dijo que veía a Newey de verde. Que quedaba mejor con el azul que el rojo. Ahora ha reculado.
Ha sido en declaraciones en 'OE24' que recogen en 'SoyMotor': "Fue un malentendido. Ahora prefiero adivinar el rojo".
"Newey es una leyenda. Es el mejor diseñador de la F1. Sabe cómo usar mejor las nuevas interpretaciones del reglamento", sentencia Marko.