Fernando Alonso lo veía venir. Veía venir, desde Barcelona, lo que iba a suceder en Austria. Lo que finalmente sucedió en Austria. Lo que ha sido, de momento, el peor fin de semana de Aston Martin en lo que llevamos de 2024. Sin ritmo, sin velocidad. Sin una máquina competitiva ya no solo para puntuar sino incluso para superar la Q1.

Porque Lance Stroll cayó en la primera ronda. Porque el asturiano no tuvo opción alguna en la Q2. Los Alpine, cada vez más lejos. Los Haas, lo mismo. Hasta los RB parecen estar ahora un paso por delante en cuanto al desarrollo evolutivo del monoplaza.

No están dando con la tecla. O no lo han hecho hasta ahora. Por ello han perdido el paso. Por ello tienen, deben, retomar el rumbo para volver a ponerse en el vagón de cabeza. Al menos, para salir de atrás.

"Este resultado..."

Lo peor es que toca Silverstone. La carrera en casa. Y toca este mismo fin de semana. Sin descanso. Sin tiempo. Sin opción a demasiado.

Mientras, su jefe empieza a impacientarse. Mantienen la esperanza, pero... pero Mike Krack ya sabe que no tienen tiempo alguno que perder. Menos todavía después de que Alonso firmase un 18º. Eso sí, al menos salió de Austria con la vuelta rápida.

"Toca bajar la cabeza. Toca mejorar, y mejorar rápido", afirma Krack después de la prueba en casa de Red Bull.

Porque sabe que han fallado: "El resultado en Austria es un reflejo del ritmo del coche este fin de semana".

"No hemos dado a nuestros pilotos un coche capaz de pelear por los puntos", recalca un Krack que sabe que se juegan mucho en Silverstone.

"Es la carrera de casa. Delante de nuestros aficionados. De nuestros compañeros", sentencia el de Luxemburgo.