El regreso de Robert Kubica a la Fórmula 1 tras su accidente en 2011 parece estar más claro y más próximo. Después de realizar dos test con un monoplaza de 2012, de sentirse cómodo sobre él y de las palabras de Cybil Abitenour, con las consiguientes dudas de Jolyon Palmer, el polaco está con ganas de competir de verdad con un coche de 2017. Y eso es algo que puede suceder tras el GP de Hungría.
Si por él fuera, tal y como ha dejado ver con sus palabras al 'Corriere della Sera', se sube ya al Renault: "Ahora sé que puedo volver a ser el piloto que era antes. Mi nivel en 2010 era alto, hablando sin falsa modestia. En Valencia me di cuenta que esta es la pasión que he tenido, que esto es mi vida. He podido recuperar lo que se me quitó en 2011 con aquel accidente".
Eso sí, Kubica sabe que hay diferencias con estos coches: "El paso por curva es distinto, pero es cosa de trabajo. Si otros lo pueden hacer no sé por qué yo no podría".