Confiados y felices estaban en Aston Martin con su "paquete más agresivo" hasta la fecha del AMR24. Sí, confiados y felices... hasta que el coche se puso en pista. El monoplaza sigue donde estaba y la mejoría, si es que ha habido alguna, no se notó en nada en un trazado de Imola en el que Fernando Alonso firmó el último crono del sábado.
Se salió en los Libres 3, y claro está dañó el coche. Un coche tremendamente nervioso, falto de estabilidad y con el que el bicampeón del mundo sufrió igual o más que Lance Stroll. El canadiense, que no tenía problemas en su coche, ni pasó la Q2 ni tuvo opciones de hacerlo.
Imola, tampoco
Así estaba Lance tras bajarse del coche: "No ha sido ni el día ni el fin de semana que esperábamos".
"Con estas mejoras que hemos traído no hemos sido lo bastante competitivos", dijo un Stroll que confirmó lo que todo el mundo vio en San Marino.
Y es que queda mucho trabajo por hacer: "Todo ha funcionado pero no lo suficiente, así que toca continuar trabajando".
"Hay otros equipos que parecen ser mucho más competitivos. Nosotros, de momento, no lo somos. La sensación es la misma que en todo el año... Necesitamos más, mucho más, para alcanzar a los equipos de arriba", insiste.
Porque el objetivo sigue siendo el mismo, pero ahora está mucho más lejos: "Hay que añadir más carga al coche para que sea más rápido".