Podría haber sido en México... pero no. Lewis Hamilton tendrá que esperar al menos una semana más para tener en sus vitrinas un Mundial que prácticamente ya saborea. El británico venció en el Hermanos Rodríguez, algo que no había logrado hasta ahora, pero dependía de Valtteri Bottas y el finlandés subió al podio.
No lo tuvo fácil Lewis, que ya de primeras se las tuvo con un Max Verstappen que tenía ganas de fiesta. El holandés tenía la pole, pero por hacer la 'gracia' con la bandera amarilla de Bottas en clasificación le quitaron la vuelta que hizo con ella y también la que hizo sin ningún disturbio en la pista. Se tocaron, se fueron por fuera... y luego llego Carlos Sainz.
Duelo extraordinario entre ambos con dos coches tan desiguales que o bien el Mercedes tiene un problema o bien el único momento para ver dicho envite es en alguna salida. Sainz salió de forma extraordinaria, esquivando el encontronazo entre el Red Bull y el Mercedes, y se las vio con el inglés. Le ganó, al menos la primera partida.
En la segunda no pudo ser, y Hamilton le pasó cual avión para empezar a otear el horizonte en busca de los Ferrari. Leclerc lideraba, con Vettel tras él, y ambos quedaron por detrás del de momento pentacampeón del mundo. La estrategia de Maranello hizo el resto para servir en bandeja la victoria a Lewis. Pero el Mundial debe esperar.
Le faltaron cuatro puntos
Le sacaba 64 puntos a Bottas antes de México, con 100 para disputarse sin contar las vueltas rápidas que podrían dar a cada uno otra unidad más. Le sacó 10, con 25 para Hamilton y 15 para Bottas, por lo que aún necesita más para ser campeón.
A Estados Unidos llegará con 74 puntos de ventaja con 75, o como mucho 78, por jugarse. Mucho se tiene que complicar todo para que Hamilton no salga de Austin con el sexto Mundial en el bolsillo. Ahí ya dependerá todo de él. Si gana, hexacampeón.
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