Qué diferentes son los caminos de McLaren y de Aston Martin. Qué diferente es empezar mal y acabar bien a empezar bien y acabar sin saber dónde se va a llegar. Es, como se suele decir, esa competición en la sombra. Esa carrera por la evolución. El camino, tortuoso, que existe entre las promesas y las palabras y los hechos consumados.
La diferencia de soñar y de hacer realidad aquello que se sueña. Porque todo ha cambiado. Todo ha cambiado desde aquella lejana, aunque no debería estar tan lejana, prueba de Bahrein 2023. En aquella prueba en la que Aston Martin era la opción a victoria en caso de fallar Red Bull.
Cuando McLaren bastante hizo. Cuando el coche naranja, el equipo de Woking, hablaba ya de qué difícil iba a ser todo al principio. De que no había llegado lo que pensaron que sí. Que había que esperar a Azerbaiyán para empezar a ver el potencial de ese monoplaza que entre manos tenían Lando Norris y Oscar Piastri.
Y de repente...
Hasta Bakú. Eso dijeron. Y si, pero no. Sí, porque casi. No, porque necesitaron más tiempo. Fue en Austria, en la pista de Red Bull, donde empezó a verse que en Woking habían obrado el gran milagro. Un milagro que llevó a Oscar Piastri a ganar el sprint de Qatar. Que terminó con no pocos dobletes. Que hizo que a pesar de su mal comienzo McLaren adelantase a Aston Martin en el Mundial.
Y que mandó un aviso. El aviso de lo importante que es tanto evolucionar como saber cómo evolucionar un coche. El aviso de que no van de farol. De que cuando dicen que están o que estarán es que están o estarán. Con mucho camino ya recorrido... llegó el momento.
El momento de dar el último paso. El de no solo decir 'aquí estoy yo' si no el de demostrar que de verdad están ahí. Ya no empezó mal el año. Ya era cuestión de, como bien hicieron el pasado curso, evolucionar el coche como saben hacerlo. Y fue en el lugar más inesperado.
Norris gana... y gana por ritmo
Porque en Miami pusieron un paquete más que agresivo en pista. En una carrera con una sola sesión de ensayos. Con sprint. Con poca prueba. Así de seguros estaban de que iba a funcionar. Y funcionó a la perfección. Como siempre.
Lando Norris no solo ganó la carrera, sino que fue más rápido que Max Verstappen. Fue, en ritmo, el mejor en una prueba en la que el neerlandés dijo que tenía daños a saber por cuánto por cargarse un cono y un supuesto toque de Sergio Pérez al comienzo de la prueba.
Pudo ser un simple espejismo, pero no. No lo fue. En Imola se quedó a medio segundo de Verstappen. De nuevo, por ritmo. De nuevo, con una gestión total de neumáticos. Y sí, a saber qué habría pasado con la pole de no ser por ese rebufo que Hulkenberg le dio a Max en la Q3.
Así estaba Lando al acabar la prueba. Rebosante de emoción. De ganas. De optimismo. Dejando una frase. Una frase que en McLaren saben que o bien han hecho real o bien pueden hacer real en no demasiado: "Ya podemos decir que estamos con Red Bull".
Cuando Briatore habla...
Frase que querrían decir todos. Que querrían haber dicho en Bahrein y en Arabia Saudí en Aston Martin. Porque los de Silverstone solo tenían delante a los austríacos. Eran el rival a batir. EL objetivo. El lugar que casi ocupan en Mónaco. La pole, por poco; la victoria, por una parada.
Pero llegó el momento de la evolución. El momento en que el llamado por muchos 'Red Bull verde' se convirtiera en el AMR23. En el Aston Martin. Cuantas más carreras pasaban más para atrás iban, perdiendo incluso las grandes virtudes en tanda larga que convertían en una auténtica roca al coche de Fernando Alonso.
No daban con la tecla. Todo lo que ponían parecía no funcionar. En Estados Unidos parecía ser que sí, pero en México fue un no rotundo. El podio de Brasil marcaba el paso, pero en 2024 de nuevo todo está siendo tal que Flavio Briatore ha dicho lo que muchos piensan: el coche parece ir hacia atrás.
El "paquete más agresivo" del AMR24 llegó en Imola. En la carrera marcada en verde en su calendario. En el lugar en el que debían dar un paso hacia adelante para no ver cómo se escapan los Red Bull y los Ferrari. Y sí, ya también los McLaren. Pero, como sucedió en 2023...
Hacia atrás. Y Lance Stroll confirmó lo que se vio a la perfección en la pista. A saber cuántos daños tenía el coche de Alonso tras tremendo accidente en los Libres 3, pero salvo en el 'stint' con medias el ritmo de su AMR24 no pudo, con blandas, con el Williams de Logan Sargeant.
De Mónaco 2023... a Mónaco 2024
Ahora llega Mónaco. Llega la pista en la que, hace un año, no solo se hablaba de que Aston Martin podía ganar sino que estuvo muy cerca de lograrlo. Ahora, en 2024, es una utopía. Es algo que bien puede lograr Red Bull o bien un equipo McLaren que ha demostrado que en la F1 la diferencia entre el sí, el casi y el no la marca la evolución. La marca saber evolucionar el coche. Es saber que una actualización no es lo mismo que una mejora.