Qué maravilla de Fernando Alonso. Qué espectáculo. Qué clase de magia y de pilotaje en Zandvoort. Qué lección. Que estilo y talento demostró en unas complicadísimas condiciones al comienzo del GP de Países Bajos. Sí, en un inicio sobre mojado. Sobre mojado con gomas de seco. Sí, así. A lo 'bestia'. A lo leyenda. A lo 'Magic' para ganar dos posiciones con un par de maniobras extraordinarias.
Y eso que parecía complicada la cosa. Complicada a la par que pensar que era imposible un final de primera vuelta así. Porque Alonso no salió bien. Derrapó. Patinó. Vio cómo Sainz, por la derecha y por dentro, le metía el Ferrari. Y por delante, Russell haciendo un muro.
Poniendo en un problema a Fernando. No había sitio. Sitio físico. Sí, se trataba prácticamente de sobrevivir en la primera curva. Y Alonsolo hizo. Alonso sobrevivió. Y luego empezó el festival.
Y entonces... 'Magic'
En la curva 2, por fuera, se comió a Alex Albon. Y el show llegó en la tercera. Fue por dentro, por donde no se hace la curva tal y como él mismo nos enseñó, cuando dejó a buen seguro con cara de incredulidad a George Russell.
Sí, dos coches. Dos coches en tres curvas. Todo para ser tercero. Para poner en un brete a un Lando Norris que también vio cómo Alonso se le ponía por delante.
Increíble comienzo de Fernando Alonso para volver a dejar claro que en esos de las arrancadas es, como lo ha sido siempre, un maestro.
Para dar una 'masterclass' a propios y a extraños en casa de Max Verstappen. En casa de un Max Verstappen al que incluso presionó en el comienzo de una prueba repleta de acción.