Fernando Alonso luchó hasta el final para ganar su tercer Mundial de F1 cuando estaba en Ferrari. Cerca estuvo en 2010 y en 2012, y en los años en los que Red Bull fue demasiado dejó claro que él era el rey en la pista. Nueve años después, el asturiano ha recordado su brutal adelantamiento a Vettel y a Webber en el GP de España de 2011.
Es, posiblemente, la mejor o una de las mejores arrancadas de Fernando en toda su trayectoria en la F1. Afirmación que, por otra parte, ya es mucho decir viendo cómo se las gastaba el bicampeón en sus años al volante. Sin embargo, y a pesar de ello, no es ni mucho menos una frase hecha a la ligera.
Porque salía cuarto, y de dicha posición avanzó hasta la primera antes de la primera curva en la pista de Montmeló. Con un arranque extraordinario, Alonso se ventiló a Hamilton, cuerpeó con el Red Bull de Vettel para pasar como si nada al de Webber. Y todo eso cuando apenas se llevaban unos metros.
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La carrera, eso sí, acabó de forma bien distinta. Fernando Alonso no entró en el podio y acabó quinto con una vuelta perdida con respecto a Sebastian Vettel, que finalmente terminó ganando la prueba y también el Mundial de aquel año.
Junto a él, los dos McLaren de Lewis Hamilton y de Jenson Button. En Woking a buen seguro miran hacia atrás, ven cosas como esa y a buen seguro tienen cierta sensación de morriña.
El futuro, eso sí, puede sonreír de nuevo a la escudería británica, que cuenta con dos pilotos de nivel como Carlos Sainz y Lando Norris, y con un motor Mercedes esperando para 2021.