Alpine está a un paso de dejar de ser un equipo de fábrica. Los franceses fabrican sus propios motores desde su regreso a la Fórmula 1 en 2016 bajo el nombre de Renault. Pero esto podría cambiar de cara a 2026.
La incapacidad del equipo para desarrollar un propulsor con garantías de éxito y la crisis económica y deportiva que atraviesa les podría forzar a convertirse en un equipo 'B' de Mercedes, tal y como han insinuado durante las últimas semanas varios responsables del equipo.
Esta idea ha tomado fuerza desde la llegada de Flavio Briatore como nuevo asesor de Alpine. El dirigente italiano ya sabe lo que es hacer campeón a ese mismo equipo con un motor ajeno. Lo hizo en 1995 de la mano de Michael Schumacher cuando el equipo aún se llamaba Benetton.
Tres décadas después, los planes de los franceses pasan por repetir aquella historia, y la intención es hacerlo con unidades de potencia de Mercedes. La marca de la estrella es la que más terreno ha avanzado en el desarrollo de los nuevos propulsores de 2026 y dejará de suministrar a Aston Martin, que pasará a trabajar con Honda ese mismo año.
Por eso Toto Wolff, jefe del equipo alemán, ve con buenos ojos asociarse con Alpine. "La situación no es sencilla. Nos gustaría suplir a Aston Martin con otro equipo porque con cuatro equipos se aprenderá más rápido que con tres y se puede acelerar el desarrollo de los motores, tanto en eficacia como en fiabilidad. Así que una colaboración es interesante", ha dicho Toto Wolff.
No obstante, el jefe de Mercedes sostiene que el acuerdo depende de Alpine: "Ha habido conversaciones, pero no han pasado de los preliminares, de un cambio de opiniones y de discusiones exploratorias. Son ellos los que deben tomar primero la decisión de si continúan con su programa de motor para 2026".
"Solo cuando hayan decidido su estrategia podremos empezar a hablar. Pero ya les hemos dicho que estamos abiertos", ha concluido Wolff.