Vaya noche para Fernando Alonso en Marina Bay. Vaya noches para Fernando Alonso en Marina Bay. El asturiano, que realizó una clasificación increíble para salir séptimo en Singapur, mantuvo al Aston Martin, al séptimo coche de la parrilla, siempre en la zona de puntos para seguir sumando y tener tres felices semanas hasta la próxima cita en Austin.
Porque así es el bicampeón. Porque hace cosas que los que tienen sus mismas armas son incapaces de igualar. Con Lance Stroll fuera en Q1 y yendo especialmente lento en una carrera estéril, Fernando estaba en la pelea. Fernando quería estar en la pelea. Tenía ganas de fiesta. De marcha. De competir y salir airoso de los duelos que se le presentasen en Marina Bay.
Y por poco se queda sin esas 62 vueltas, porque la salida fue lo que fue. Compleja. Complicada. Dura. Tuvo que irse por fuera ante Tsunoda. Ante Leclerc. Ante un Charles que mantuvo fuera de DRS mientras él usaba el de Hulkenberg para evitar que el Ferrari se acercase. La primera parte de su complicada tarea estaba más que completada.
Calculador Alonso
Se fue a su primera y única parada en boxes en los puntos. Volvió, lógicamente, fuera de los mismos. Pero cuando todo volvió a ordenarse ahí estaba Fernando. Ya con Hulkenberg detrás. Con Sainz delante, pero con la ventaja de que sus gomas eran más jóvenes que las de Carlos. Sí, todo en orden. Era octavo. Y era la opción más lógica para cuando cruzase la bandera a cuadros.
Leclerc hizo su parada, y aunque salió tras él le pasó como un avión. Charles no se conformó, y avanzó hasta Hamilton para casi incluso terminar cuarto a pesar de salir noveno. Mientras, Alonso ponía en marcha el modo calculador. El de saber cuánto tenía con el de detrás y cuánto había con el de delante.
Tras él, Hulkenberg; por delante, Sainz. Carlos, complicado; Nico, con ganas de dar un zarpazo a esa octava plaza de Alonso. Pero no. No porque Fernando apretó como y cuando quiso, y porque el de Haas se metió en una guerra con Checo Pérez que acabó ganando.
Próxima parada: Austin
Así fue la noche de Fernando Alonso. Una noche en la que suma cuatro puntos para un Aston Martin que sabe que si no está con los Alpine y los anteriormente conocidos como AlphaTauri es gracias a un piloto, a un bicampeón, que se niega a dar su brazo a torcer por más que se compliquen las cosas.