Alpine no levanta cabeza. El equipo francés es, sin duda, el gran perdedor de las cuatro primeras carreras de la temporada. En un año han pasado de pelear por podios y asegurar que ganarían campeonatos a ser el farolillo rojo de la parrilla. Los de Enstone cierran la clasificación de constructores y están en el club de los tres equipos que aún no han puntuado, junto con Sauber y Williams.
Una carrera accidentada y movida como la del Gran Premio de Japón era, a priori, el escenario ideal para que un equipo en crisis pudiese estrenar su casillero. Sin embargo, los galos han estado muy lejos de la zona de puntos.
Por eso, a mitad de carrera, el ingeniero de pista de Esteban Ocon le pidió que aumentase el ritmo con el objetivo de recucir la brecha con los coches de la zona media. "Necesitamos que empujes, Esteban", dijo el ingeniero, a lo que el piloto francés respondió airadamente con un contundente: "¡Estoy empujando, tío! ¿De qué estás hablando?".
El ingeniero no quiso seguir con la conversación tras la desafortunada respuesta de su piloto, y si lo hizo, su contestación no debe haber sido emitible, puesto que en la retransmisión no se ha vuelto a saber nada de este tema.
La situación en Alpine es cada vez peor. Tras el arranque de temporada se produjo una figa de talento con la dimisión de dos de sus ingenieros más reputados, los rumores de una posible venta de la escudería se suceden cada semana y, para colmo, la relación entre los pilotos y los técnicos del equipo cada vez es más tensa.
Con estos mimbres va a ser muy difícil que los herederos del antiguo equipo Renault salven la temporada de una forma decorosa.