El Gran Premio de Las Vegas ha sorprendido a todos aquellos que criticaban el trazado tras la victoria de Max Verstappen. Sin embargo, a pesar de que la carrera ha sido de las más entretenidas, las bajas temperaturas del asfalto finalmente sí que han sido un problema.
Y es que, semanas antes de la carrera, el problema de las frías temperaturas nocturnas del desierto de Nevada ya hacían entrever que la carrera no iba a ser fácil para los pilotos. Algo que, cuando salió el primer coche de seguridad, se confirmó por completo.
El circuito de Las Vegas se caracteriza por tener rectas muy largas y pocas curvas. Por ello, con la salida del 'Safety Car', los neumáticos se enfriaron excesivamente y frenar se convirtió en todo un reto para los pilotos.
Al menos así lo han manifestado muchos de ellos tras la carrera. Es el caso de George Russell que, a través de unas palabras que recoge 'Race Fans', directamente tacha de "peligroso" el efecto que provoca el coche de seguridad.
"Era realmente peligroso con el coche de seguridad. Los neumáticos eran sólidos como una roca y, en realidad, estaban más fríos de lo que se sentiría bajo la lluvia. De todos modos, era de esperar con estas condiciones", confiesa el británico.
Carlos Sainz, por su parte, mantiene la misma idea: "Fue como pilotar sobre hielo. Creo que necesitamos encontrar una solución para hacer que el coche de seguridad sea un poco más rápido en estos escenarios concretos. No puedo explicar cómo se siente ir a 340 km/h y saber que cuando vas a pisar el freno, no te detendrás. Fue muy complicado".
"Los reinicios y el coche de seguridad fueron un poco complicados, pero necesitas una primera vez y por eso estoy seguro de que aprenderemos de lo que hemos visto este fin de semana", aseguró también un Pierre Gasly que tuvo que hacer frente en varias ocasiones a las bajas temperaturas de sus neumáticos.