Carlos Sainz tiene que ser algo más paciente. No mucho, pero algo más. Porque la pole está al caer. Está cada vez más cerca. Está, poco a poco, un pasito más próxima del piloto de Ferrari. Tras quedarse a las puertas en Bahrein, ha vuelto a pasar lo mismo en Arabia Saudita en una clasificación en la que todo parecía sería fiesta en Maranello... pero que finalmente ha sido día de celebración para Sergio Pérez.
Para que 'Checo' se hiciera con su primera pole en la Fórmula 1 y para que Carlos tenga que esperar un poco más. Porque Sainz iba rumbo a la pole, como en Sakhir. Fue, después de los Libres, el más rápido hasta que faltaban dos minutos para la bandera a cuadros de la 'qualy'.
Firmó el mejor crono en la Q1. En una Q1, por cierto, en la que cayó Lewis Hamilton mientras George Russell disfrutaba con el Mercedes todo lo que se puede disfrutar con una máquina complicada de domar. Sainz hizo lo propio en Q2, marcando el mejor tiempo de todo el fin de semana... Y en Q3 iba todo por el mismo camino.
Porque con neumático usado realizó su mejor vuelta del sábado. En su primer intento, con el resto con gomas nuevas. Con la opción de que, cuando él eligiese dichos neumáticos, podría mejorarse a sí mismo y pintar de morado los sectores de Jeddah.
Pero no, no fue así. Fue en amarillo todo. No logró dominar el Ferrari con las brillantes gomas rojas mientras que veía cómo Charles Leclerc le superaba. Por poco, pero le superaba. Y luego, Sergio Pérez.
El azteca, sin hacer ruido y con Helmut Marko lanzándole algún que otro dardo, ha batido a los dos Ferrari con un crono que ni él mismo cree que pueda volver a repetir, como dijo tras saberse en la pole. Un 1:28.200, dos décimas mejor que Sainz.
Y los tres, por delante de Max Verstappen, que no pudo con el Red Bull en Jeddah. Algo más atrás, desde la séptima plaza, Fernando Alonso. Y Ocon, ojo, quinto con el Alpine.