Fernando Alonso dijo esta misma semana que "ojalá" pueda volver a pelear un Mundial con Lewis Hamilton. Pueda hacer lo que hizo, por ejemplo, en 2007, en 2010 y en 2011. Sí, ojalá suceda, pero qué lejos parece. En el GP de Brasil, en el sprint, el misil Mercedes dio buena cuenta del Alpine en tan solo cuatro vueltas mostrando una superioridad a priori insalvable en el corto plazo.
Porque se encontraron en pista. Sucedió porque Lewis Hamilton arrancó último, tras ser descalificado de la clasificación de Interlagos, y porque Alonso estaba en la zona media ante un hambriento piloto inglés.
En la undécima plaza, y con Daniel Ricciardo a tiro de DRS, Lewis se acercó a la zona del asturiano y en la mente de no pocos estaba lo sucedido en el GP de Hungría, cuando Fernando frenó a Hamilton hasta tal punto de desesperar al heptacampeón.
Sin embargo, esta vez fueron cuatro vueltas las que duró Alonso. Fueron, además, gracias precisamente a la 'ventaja' que tenía Fernando al tener delante a Ricciardo. Incluso con DRS, y con un Alpine que tenía la primera y tercera mayor velocidad punta, el asturiano sucumbió. Y porque Lewis tampoco tenía muchas ganas de arriesgar...
En cada vuelta, Hamilton estaba más cerca. Mostrando mucho más ritmo y cerrando al máximo cada trazada aprovechando cada milímetro del asfalto paulista. En la recta de entrada a meta, finalmente, le superó.
Estaba pegado a Alonso y dio buena cuenta de él. Y de otros 15 coches más, pues Hamilton terminó quinto la prueba al sprint para minimizar tanto su descalificación como la sanción de cinco puestos.
Mucho queda por delante, y a saber cuánto tiempo tiene Alonso en la F1, para poder volver a ver a Fernando luchar contra Hamilton en un Mundial. En Interlagos, la pelea fue... poca.
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