El choque entre Max Verstappen y Lewis Hamilton en Copse durante la segunda vuelta del Gran Premio de Gran Bretaña en Silverstone detuvo la respiración del mundo de la Fórmula 1 durante 16 segundos, justo lo que tardó el neerlandés en hablar por radio.
Tras un impacto de 51G, el líder del Mundial consiguió salir del monoplaza por su propio pie, lo que tranquilizó a todo el mundo en el paddock.
Christian Horner, director deportivo de Red Bull, ha explicado cómo vivió "el mayor accidente en la carrera de Verstappen y la primera y, con suerte, la última".
"Cuando Max no pudo responder por la radio del equipo, el tiempo se detuvo. En ese momento te olvidas de todo lo demás, salvo del estado del piloto, una persona que es como de nuestra familia para todos y te recuerda el riesgo que existe en nuestro deporte. Cuando finalmente pudo hablar, el alivio fue enorme y luego verlo ayudado a salir del coche por el equipo médico, aunque algo aturdido y necesitado de apoyo, fue una sensación increíble", explica Horner.
"Max fue explorado de forma completa, luego fue dado de alta del hospital alrededor de las 22:00 (domingo 18 de julio) y pudo viajar a casa al día siguiente. Hablé con él nuevamente el lunes por la mañana y decía sentirse como si hubiera tenido algunos asaltos con Tyson Fury", añade.
"Estaba golpeado y magullado, pero se sentía afortunado y agradecido con el equipo médico, como todos nosotros, y en el verdadero estilo de Max, ya estaba tratando de sacárselo de la cabeza y utilizar toda la motivación que tiene para mirar ya hacia Hungría", zanja.