El 'caso Horner' puede estar llegando a su fin. El director de Red Bull está entre la espada y la pared desde que el pasado 5 de febrero saltase a la luz la denuncia de una empleada de la fábrica del equipo en Milton Keynes por "comportamiento inapropiado". En ese momento, los propietarios del equipo anunciaron que abrirían una investigación para aclarar los hechos.

Para evitar suspicacias, el consejo de administración de la empresa puso el asunto en manos de una auditora externa, a la que encargó un informe para dirimir las responsabilidades de Horner desde el punto de vista ético, al margen de las consecuencias legales que pueda tener el caso.

Dicha investigación habría concluido ya y es cuestión de días, o incluso horas, que el informe se haga público. El dosier constaría de más de 100 páginas y ya estaría en manos de Red Bull GmbH, la empresa matriz del equipo.

En cualquier caso, el futuro de Horner se decidirá antes del Gran Premio de Bahréin, que dará inicio al Mundial de Fórmula 1 el próximo fin de semana. Esta celeridad contrasta con las previsiones de Helmut Marko, asesor del equipo, que aseguró la semana pasada que la resolución tardaría más de lo esperado.

"La larga duración de la investigación no es culpa suya y están haciendo todo lo posible para que se lleve a cabo una investigación justa y luego responder en consecuencia", dijo Marko a 'Servus TV'.

Sus futuros socios de Ford, que se convertirán en suministradores de motores del equipo en 2026, también han criticado los tiempos y la opacidad del proceso.

"Estamos frustrados por la falta de transparencia en torno a este asunto con nosotros, sus socios corporativos, y esperamos recibir un informe completo de todos los hallazgos", dijo Jim Farley, CEO de la multinacional estadounidense.

En cualquier caso, en los próximos días se conocerá si Christian Horner continúa o no como jefe de equipo de Red Bull. Mientras tanto, todo el mundo en el 'paddock' especula con quién sería su sustituto.