Viral se ha vuelto la imagen de Fernando Alonso en Estados Unidos. Viral por lo que fue, por con quien fue, y porque recuerda y mucho a la que protagonizó en el mismo lugar hace un año con el coche que ahora pilota. Sí, con el Aston Martin. Con el Aston Martin cuando él estaba en Alpine. Ahora, ha hecho lo mismo... con un Red Bull.
Porque en Austin 2022 le dedicó Alonso una buena miradita al coche verde. Al coche del equipo por el que ya había firmado en verano y con el que ha logrado siete podios en este 2023. Con el que está luchando, tras muchísimas temporadas, por acabar en el podio de la F1. Ahora, en 2023 y en la misma pista, ha echado un buen vistazo al monoplaza austríaco.
Al coche campeón. Al que ha dominado por completo salvo en una carrera y en un sprint el Mundial de este año. En EEUU, Fernando cogió y le pegó una buena ojeada al RB19.
A saber si ha aprendido algo del vistazo que echó al RB19. A saber si el piloto más experimentado del Mundial puede ofrecer su sabiduría a Aston Martin para, en 2024, estar al mismo nivel que el Red Bull.
Sí, porque es el año clave. Es el año marcado en rojo para un equipo que ha avanzado sobremanera en este curso y que, a pesar del bache que atraviesa, mira al futuro con optimismo y esperanza.
Con confianza, más tras el ritmo mostrado en EEUU a pesar del desastre que se preveía sería tras la Q1. Aún con el abandono de Alonso a falta de seis vueltas, Fernando pasó de salir desde el pit lane a pelear por la octava plaza hasta su adiós. De haberlo conseguido, habría concluido sexto en Texas por las descalificaciones de Hamilton y de Leclerc.
Buenas nuevas pues para Aston Martin de cara al futuro y a un GP de México en el que esperan poder optimizar un coche y unas mejoras que, según parece, funcionan.